En mis dos embarazos he tenido momentos de ansiedad y tristeza, a veces sin motivo aparente. Sobre todo al final de la gestación me sentía muy agobiada y triste, a pesar de que, en teoría, estaba en una época de la vida de felicidad absoluta. Eso me desconcertaba aún más. En esos días te sientes un bicho raro. Piensas que eres la única mujer del mundo que le pasa eso y te llenas de sentimientos de culpabilidad.
Si te sientes así, tranquila, ¡tú y yo no somos las únicas! Más del 30% de las mujeres embarazadas reconocen haber tenido algún episodio de ansiedad o tristeza durante el embarazo. Los cambios hormonales, de los que hablé en el anterior post, son los responsables. También las circunstancias externas: embarazo no deseado, falta de recursos económicos o afectivos, herencia familiar, un bebé con cólicos del lactante, falta de sueño...
Antes del nacimiento del bebé debes prepararte y planificar cómo vas a organizarte. Eso te ayudará a evitar una depresión postparto.
Si te sientes así, tranquila, ¡tú y yo no somos las únicas! Más del 30% de las mujeres embarazadas reconocen haber tenido algún episodio de ansiedad o tristeza durante el embarazo. Los cambios hormonales, de los que hablé en el anterior post, son los responsables. También las circunstancias externas: embarazo no deseado, falta de recursos económicos o afectivos, herencia familiar, un bebé con cólicos del lactante, falta de sueño...
Antes del nacimiento del bebé debes prepararte y planificar cómo vas a organizarte. Eso te ayudará a evitar una depresión postparto.
Cinco consejos para evitar una depresión postparto:
1. NO IDEALICES LA MATERNIDAD. Ser madre es maravilloso pero como todo en la vida tiene sus inconvenientes. Es una experiencia sensacional pero de un gran sacrificio. No todo es bonito como en los anuncios de televisión. Hay momentos muy duros en los que no sabes cómo actuar. Pero no por eso, te convertirás en una mala madre. Debes ser condescendiente contigo misma. Mentalízate y ajusta tus expectativas a la realidad. Debes tener en cuenta que después del parto no estarás al cien por cien. Sobre todo si has tenido una cesárea, episiotomía o tienes alguna complicación después como ciática, mastitis etc.
2. CUIDA TU VIDA CONYUGAL. Si tienes problemas con tu pareja, soluciónalos antes de la llegada del bebé. Los niños no unen a los padres. Todo lo contrario, las desavenencias se agudizan. Tenéis que estar de acuerdo en muchas cosas y apoyaros el uno en el otro. ¡Un niño es cosa de dos! Debéis involucraros y opinar del mismo modo en todo lo referente a la educación de vuestro hijo.
3. LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA. Como cuando eras niña, tus padres volverán a cuidarte. Si puedes, pide su ayuda, ellos te echarán una mano... ¡y dos si hace falta!. Tu padre puede dar un paseo al niño mientras tu te duchas y tu madre puede atenderle mientras te echas una siestecita reponedora. La relación con tu madre se volverá más intensa. Les valorarás más que nunca y ellos, a pesar del trabajo, rejuvenecerán al lado de su nieto.
4. CONTRATA AYUDA EN CASA. Si te lo puedes permitir económicamente, te vendrá de maravilla ayuda externa. El cuidado de un bebé ocupa mucho tiempo. Esa persona puede planchar, limpiar la casa y hacer la compra mientras estás con tu hijo. Si lo que te agobia es el cuidado del bebé puedes contratar una nurse o una doula para las primeras semanas de vida del niño. Ella te resolverá muchas dudas que tengas y cuidará del niño mientras tu descansas y te repones del parto. Si además, eres familia numerosa, esa ayuda te vendrá el doble de bien porque no desatenderás a tus hijos mayores. Esa persona de confianza puede encargarse del bebé mientras tu llevas a tus hijos mayores al cole o les ayudas con los deberes. ¡Hay vida después de la familia numerosa!
5. ORGANIZA TU TIEMPO. No intentes llegar a todo. Prioriza. Lo más importante es el bebé, de lo demás se puede ocupar tu pareja, tu familia, alguna amiga de confianza o alguien que contrates para que te ayude en casa. También tienes que dejar tiempo para el descanso, si no, te agotarás.
2. CUIDA TU VIDA CONYUGAL. Si tienes problemas con tu pareja, soluciónalos antes de la llegada del bebé. Los niños no unen a los padres. Todo lo contrario, las desavenencias se agudizan. Tenéis que estar de acuerdo en muchas cosas y apoyaros el uno en el otro. ¡Un niño es cosa de dos! Debéis involucraros y opinar del mismo modo en todo lo referente a la educación de vuestro hijo.
3. LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA. Como cuando eras niña, tus padres volverán a cuidarte. Si puedes, pide su ayuda, ellos te echarán una mano... ¡y dos si hace falta!. Tu padre puede dar un paseo al niño mientras tu te duchas y tu madre puede atenderle mientras te echas una siestecita reponedora. La relación con tu madre se volverá más intensa. Les valorarás más que nunca y ellos, a pesar del trabajo, rejuvenecerán al lado de su nieto.
4. CONTRATA AYUDA EN CASA. Si te lo puedes permitir económicamente, te vendrá de maravilla ayuda externa. El cuidado de un bebé ocupa mucho tiempo. Esa persona puede planchar, limpiar la casa y hacer la compra mientras estás con tu hijo. Si lo que te agobia es el cuidado del bebé puedes contratar una nurse o una doula para las primeras semanas de vida del niño. Ella te resolverá muchas dudas que tengas y cuidará del niño mientras tu descansas y te repones del parto. Si además, eres familia numerosa, esa ayuda te vendrá el doble de bien porque no desatenderás a tus hijos mayores. Esa persona de confianza puede encargarse del bebé mientras tu llevas a tus hijos mayores al cole o les ayudas con los deberes. ¡Hay vida después de la familia numerosa!
5. ORGANIZA TU TIEMPO. No intentes llegar a todo. Prioriza. Lo más importante es el bebé, de lo demás se puede ocupar tu pareja, tu familia, alguna amiga de confianza o alguien que contrates para que te ayude en casa. También tienes que dejar tiempo para el descanso, si no, te agotarás.
Causas de la depresión postparto
No depende de la situación económica. Las mujeres de los países más desfavorecidos o con menos recursos económicos no tienen por qué tener más propensión a la depresión postparto. Un ejemplo es la actriz estadounidense Brooke Shields que tras el nacimiento de su primera hija reconoció haber tenido una fuerte depresión postparto. La estrella, según reconoció ella misma, tuvo que someterse a un tratamiento con anti-depresivos por tener rechazo hacia su hija y tendencias suicidas.
Influye la genética. Si tu madre o tu abuela tuvieron depresión postparto tienes más posibilidades de padecerla tú. Si ya la has tenido y vuelves a quedarte embarazada puede volver a pasarte. Si has tenido trastornos del estado de ánimo previos al embarazo eres una firme candidata. Consulta con tu médico antes de quedarte en estado.
Acontecimientos estresantes durante el embarazo. Por ejemplo, la pérdida de un familiar puede desencadenar una depresión durante la gestación y después del nacimiento del bebé. También tienes más posibilidades de padecerla si afrontas el embarazo tu sola sin la ayuda de la pareja o la familia.
Cuéntanos tu experiencia
Si has tenido una depresión, antes o después del nacimiento de tu bebé, no seas tímida y compártela con los demás. Sin tu saberlo, puedes ayudar a otras mamás en apuros.
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